Navegante Lunar
En la complicidad de la traviesa noche, bañado por la luz de la blanca nodriza, mis pasos tibios humedecen tu alma.
La canción prohibida que mis labios derraman tibia y lentamente sobre tu espalda, merman el poder falso del tiempo.
Hoy tu boca exhala mi nombre en un suspiro, hoy tu vientre recibe mi calor en tus sueños.
Tus frondosos labios, carnosos frutos de éxtasis. Tu carne tiritante, blanca, suave y dulce, hace arder mi pecho con solo ver tus contornos.
Tu cuerpo frondoso cuya exquisitez me obsesiona, tu alma ardiente que a me enamora, tu sabor y la música que derramas de tu boca, la sinfonía sensorial perfecta para mi alma.
Hoy te veo, aunque tu no lo esperas, hoy camino a tu lado aunque aún no despiertas. Nuestro encuentro patrocinado por la blanca luna, nuestros caminos cruzados por leyes supremas.
Hoy mi alma se encuentra con la tuya, en los más íntimos sueños de supremo éxtasis. Mañana vuelvo en revuelo dorado para darte mi ser en tus sueños privados.
Pronto la carne estará donde el alma habita siempre.
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